
Si tu presencias hechos que generan situaciones de abusos, injusticias,
daño o mal y miras hacia otro lado, eres tan cómplice y responsable como
quien los comete.

Si la situación política de este país sigue enlodada, podrida y en
descomposición continua y no se corrige, no es porque la sostenga solo
el Jefe del Gobierno. La situación de degradación política de un
gobierno la sostiene y mantiene los socios de coalición del mismo, que
miran hacia otro lado y prefieren seguir con un Gobierno que les
ampara, les protege y les permite seguir disfrutando de sus poltronas,
de sus carguitos, de sus jugosos sueldos y de sus estupendos
privilegios. Y antes de perder esa situación privilegiada prefieren
seguir apoyándole, aunque para ello tengan que prescindir de honestidad,
de moral, de principios, de decencia y de conciencia. Cuando lleguen las nuevas
elecciones, los ciudadanos recordaran quienes fueron cómplices de tal
caótica y lamentable situación y, si los futuros votantes son coherentes, íntegros e inteligentes votarán en
consecuencia... O eso espero, porque según dijera ya Lucas Mallada en "Los
males de la Patria", válgame dios que país, que paisaje
y que paisanaje. España en pleno siglo XXI sigue siendo un erial de
miseria, de señoritos y criadas, de reyes y vasallos, de amos y
esclavos, un país de bandolerismo, caciques y lameculos, de farsantes e
hipócritas, donde el dinero te convierte en un señor aunque seas un
delincuente o en un siervo despreciable aunque seas honesto y honrado
trabajador, un "Dinero" que impera como un Dios y que corrompe, compra y
vende almas y conciencias, por mucho que lo enmascaren de sociedad
moderna, progresista y avanzada, y que se sustenta sobre una Constitución que es
papel mojado y un sistema democrático que es una farsa y una plataforma
donde los poderosos legitiman sus fechorías y campan a sus anchas a costa del sufrido y resignado
pueblo.
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