2025                                        

EL ANÁLISIS

 

 

¿Porque se apagan los pueblos?

 

A pesar del aire limpio de contaminación, un ritmo de vida calmado, la convivencia y solidaridad que nos da la cercanía de las personas,  la naturaleza a pie de calle, la posibilidad de tener una vivienda a un precio muy asequible con terreno incluso para una huerta o patio, la calidad de vida respecto a las grandes ciudades, los pueblos se siguen vaciando y tan solo reviven durante unas semanas en verano. Tan solo los jubilados contribuyen a que los pueblos no caigan en el abandono y el olvido.

Sin niños, sin vecinos, sin centros sanitarios, sin tiendas, sin bares, los pequeños pueblos se apagan lentamente. Por desgracia los pueblos de Zamora no solo son los mas envejecidos de España, un estudio reciente confirma que son los mas envejecidos de Europa. Y lo que es peor la mayoría de los pueblos pequeños perderá en 10 años el 40% de la población adulta, lo que permite hacer una previsión de la demografía de cara al futuro que es demoledora en estos pueblos de la España vaciada.

Nuestro pueblo. Nuestro pueblo tiene actualmente 118 habitantes mayores de 65 años. Ustedes mismos pueden echar cuentas. Y por desgracia no es el reclamo turístico lo que impedirá la progresiva evasión demográfica, porque no se trata de que vengan 3 días al pueblo, se trata de repoblarlo e impedir que los aún quedan se terminen marchando.

Antes había un equilibrio entre lo urbano y lo rural que en parte se complementaban. El rural necesitava al urbano para su desarrollo y financiación y lo urbano necesitaba al rural para su supervivencia, pues era el que procuraba los alimentos. Ahora con la globalización, el mercado europeo,  y los tratados de libre comercio,  todo ha cambiado y los gobiernos ya no se preocupan de salvar a las localidades pequeñas y su aspecto agroalimentario, dejándolos a su suerte. Muchos han tratado de convencer a los jóvenes para que se conciencien del lugar donde provienen como dijo Javier Perez de Andrés en su pregón en las fiestas, pero eso es como construir castillos en el aire. No hay base.

Las causas son evidentes, pero las fundamentales son el progreso económico y social de los jóvenes que han de emigrar a otras ciudades mas grandes, con mayores posibilidades de trabajo, ocio y estudio. Y es que ya es una convicción el que los padres desean que los hijos tengan otra vida diferente y mejor que la suya y para eso es imprescindible abandonar el pueblo.

Y sí, hemos de ser realistas y asumir que los pequeños municipios alejados de las ciudades no tienen futuro ni a corto ni a largo plazo. Los pocos habitantes que van quedando están envejecidos y no hay alternativas de empleo que animen a los jóvenes a seguir en ellos. Los servicios de primera necesidad están desapareciendo o han desaparecido. Es la pescadilla que se muerde la cola. "No hay servicios en los pueblos porque no hay gente y no hay gente porque no hay servicios"

Esto no solo ocurre ahora, a principios de la década de los sesenta la mayor aspiración no solo de los jóvenes, también los adultos, era salir del pueblo en busca de mejores oportunidades y ese fué el pistoletazo de salida que supuso el inicio de la despoblación de los pequeños pueblos o aldeas.

Y estamos ante el dilema " disfrutar del mundo rural" pero "labrarse un porvenir en la gran ciudad", una tendencia que en el 98% de los casos en estos lugares es irreversible.  Mi pueblo es un pueblo bonito, con un entorno natural excepcional, pero no hay futuro para las actuales generaciones ni para las futuras. Así que con una población envejecida, sin apenas nacimientos, la despoblación acelerada es inevitable.

Claro, me decía un Alcalde que su lucha, (dado la falta de servicios públicos, de comercios de proximidad, de oficinas de gestiones y de recursos sanitarios) era evitar que la gente que reside actualmente no abandone el pueblo. Porque son conscientes de que el pueblo en determinadas épocas del año se queda reducido a la mínima expresión. Eso ha ocurrido en diferentes pueblos de nuestra geografía de la España vaciada, donde los pocos autónomos, Bares, Farmacias, Panaderías, comercios, han tenido que echar el cierre hasta que llega de nuevo el verano, donde hay casos en que los que han cerrado ya no vuelven a abrir.

Desde esta perspectiva habría que analizar las causas que están propiciando el abandono y de porque unos sitios se vacían para que otros se llenen, a fin de darles la protección y el sostén adecuado, y no me refiero a los jóvenes, sino a las personas que aún residen para que continúen en el pueblo.

Para que esto no ocurra las políticas de los consistorios deben abordar los aspectos que mas necesitan las personas que residen en los pueblos: servicios médicos, transportes, oficinas de gestión, urgencias, comercio de proximidad, oficinas bancarias, suelo público a precio asequible, cobertura móvil, Internet y fibra digital, servicios públicos del municipio, etc.

Hay que poner punto y final (dicen diversas organizaciones rurales) a los debates teóricos para iniciar un plan de acción que comprometa a todos los poderes públicos. Ante el hecho de que  más de la mitad de España está en riesgo de extinción, es hora de hablar de repoblación, más que de despoblación. El apoyo de las instituciones e incluso Europa es primordial para revertir una situación que hace grietas por todas partes.

 

¿Tendrá solución? Yo soy pesimista al respecto, pues un silogismo tras otro encadenan una realidad irrefutable.

 

 

 

 

 

 

 

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