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ANTE LA INJUSTICIA, LA PROTESTA. Porque hay momentos en los que callar se vuelve una culpa y hablar se vuelve
un deber, un deber ciudadano, un desafío moral, un imperativo del que no es
posible escapar, a expensas de que te hagas cómplice de hechos y
situaciones, que son contrarios a derecho, justicia y moral. No tengo
afiliación política alguna, por eso expreso mi opinión ante lo que considero
injusto, amoral y contrario a derecho.
2024
Martes 15 de Diciembre
Y de nuevo llegó la Navidad.
Sí, la festividad que representa el amor, la empatia, la generosidad, la cercanía, la
ilusión y la alegría de compartir momentos
tan emotivos, tan alegres y solidarios, pero
sobre todo una fiesta para reunirse con los
allegados y amigos.
El origen de la Navidad se
remonta a diversas tradiciones y
celebraciones que han evolucionado a lo
largo de los siglos. La festividad, tal como
la conocemos hoy, tiene raíces tanto
cristianas como paganas.
Antes de la Navidad
cristiana, muchas culturas celebraban
festivales en torno al solsticio de
invierno. Por ejemplo, los romanos
celebraban las Saturnales, una festividad en
honor al dios Saturno, que incluía
banquetes, intercambios de regalos y un
ambiente festivo. En el norte de Europa, las
tribus germánicas celebraban el Yule, que
también marcaba el regreso de los días más
largos y la luz después del invierno.
Con el tiempo, la Navidad fue
adoptando diversas tradiciones y costumbres
de diferentes culturas.
En la Edad Media, se
comenzaron a incorporar elementos como el
árbol de Navidad, que tiene sus raíces en
antiguas tradiciones paganas, y el uso de
luces y decoraciones. La figura de Santa Claus, que se basa en San Nicolás, un obispo
del siglo IV conocido por su generosidad,
también se popularizó en el siglo XIX. Y el
Belen que fue creado por San Francisco de
Asis en el año 1213 en un pequeño pueblecito
rural.
Hoy en día, la Navidad es una
celebración que trasciende sus orígenes
religiosos y se ha convertido en un momento
de unión familiar, alegría y generosidad en
muchas partes del mundo, independientemente
de las creencias religiosas, ya que la
religión va quedando como algo anecdótico
que solo afecta a la crónica de la historia
y solo influye en aquellos (cada vez menos)
que siguen siendo creyentes.
Aún así la Navidad es una de
las festividades más esperadas y celebradas
en todo el mundo. Cada año, durante el mes
de diciembre, las calles se llenan de luces
brillantes, los hogares se adornan con
árboles decorados y el aire se impregna de
un espíritu festivo que invita a la alegría
y la reflexión.
Esta celebración tiene sus
raíces en tradiciones religiosas, conmemora
el nacimiento del niño Jesús, contexto que
se va perdiendo dando paso a la celebración
de la navidad en un ambiente lúdico festivo,
ya que su significado ha evolucionado para
abarcar valores universales como la paz, la
esperanza y la solidaridad, contexto que
también aprovechan los grandes almacenes
para transformar las fiestas navideñas en
fiestas comerciales que hacen su agosto.
Pero lo que mas significa la navidad, es
porque se convierte en un momento para
reunirse con familiares y amigos, compartir
comidas deliciosas y crear recuerdos que
perduran en el tiempo.
Las tradiciones navideñas
varían de un lugar a otro.
En algunos
países, es común intercambiar regalos la
noche del 24 de diciembre, mientras que en
otros, la celebración se extiende hasta el
Día de Reyes. Las canciones navideñas, los
villancicos y las representaciones teatrales
también son parte integral de la festividad,
llenando el ambiente de melodías alegres que
evocan la magia de la temporada.
Además de las celebraciones
familiares, la Navidad es un momento
propicio para la generosidad. Muchas
personas se involucran en actos de bondad,
donando a quienes más lo necesitan o
participando en actividades comunitarias.
Este espíritu de dar y compartir es uno de
los aspectos más hermosos de la Navidad,
recordándonos la importancia de cuidar a los
demás.
En resumen, la Navidad es una
época que trasciende fronteras y culturas,
uniendo a las personas en un sentimiento de
amor y esperanza. Es un tiempo para
reflexionar sobre lo que realmente importa:
la familia, la amistad y la bondad.
Al final
del día, lo que hace que la Navidad sea
especial son los momentos compartidos y el
amor que se expresa en cada gesto.
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