LA ZOZOBRA DEL PRESIDENTE


 

COMPLEJA  SITUACIÓN  DEL GOBIERNO "SOCIALISTA"

Si, hay que ponerse en la piel del presidente para comprender su estado de ánimo, sus dudas, su ansiedad.

Rodríguez Zapatero se ha instalado en una eterna indecisión y no es para menos. Se debate  entre el acierto y el fracaso continuo, que le mantiene en una frustración, al no decidir el mejor camino a seguir. O toma decisiones drásticas con el capital, la banca y la oligarquía financiera, o traiciona los principios del socialismo y las promesas con las que gano las elecciones, empezando a hacer pagar la crisis a la clase trabajadora y a los más débiles económicamente del país. Pero aplicar una política de paños calientes resulta que empeora la situación y no hay tiempo que perder.

La gravísima situación económica y social que atraviesa España y que estamos padeciendo la mayoría de los españoles, ya no se soluciona con recetas socialdemócratas, ya que estas no sirven para reducir el déficit del estado, ni para parar la sangría de parados, ni para garantizar las pensiones.

¿Pero como un  gobierno socialista puede cambiar su programa y política social en detrimento de las clases trabajadoras y el estado del bienestar sin contradecirse a si mismo y a sus principios?

Sí, difícil papeleta la del presidente y su gobierno y no es que este conforme con la forma de llevar la política del país, pero hay que ponerse ,como antes he dicho en su pellejo y pensar que haríamos nosotros en su lugar es que el país, no es que tenga mal timonel, es que  el barco zozobra en la tempestad y el timón ya no obedece el rumbo que quiere imprimirle el timonel, que se esta quedando aislado, desorientado, aturdido y falto de confianza en si mismo, que empieza a ser cuestionado hasta por los propios socialistas

Mala suerte  la de Zapatero. A una política económica poco intervencionista, a veces tibia y consentidora, se le ha sumado una crisis internacional, la burbuja inmobiliaria, los desmanes de la banca y la chulería de la patronal.

Será Rajoy capaz de  enderezar el barco y dominar  el rumbo de la nave sin que salte hecho pedazos el timón? Tengo mis dudas.

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Al presidente Zapatero bien es cierto que todos estos escollos le están haciendo perder crédito y confianza y lo que es peor ha sumido al país en un estado de incertidumbre y pánico a una posible situación irreversible en el marco del estado del bienestar.

Pero es hora de decidir. La grandeza de un presidente se mide  en el calado de sus aspiraciones: el bien suyo y de su partido o el bien de los ciudadanos, la estabilidad de su gobierno o la estabilidad del país.

  Creo que es el momento para actuar en conciencia y pensar en hacer lo que mejor conviene a los españoles, sobre todo a los que están sufriendo esta penosa situación: los trabajadores, parados, subsidiarios, jóvenes y pensionistas.

Tenemos dos cosas claras. La propuesta socialista proclive a políticas sociales y la propuesta de la patronal, con políticas restrictivas de los derechos de los trabajadores y recorte de las prestaciones sociales, tales como: abaratar el despido, congelar las pensiones mínimas, reducir gastos sociales, eliminar subsidios, y endurecer las condiciones para acceder a las prestaciones contributivas: paro y subsidios.

 Pues bien ahí va mi receta:

Garantizar las pensiones (subiendo las mínimas y reduciendo paulatinamente las máximas), intervenir en los abusos de la banca, nacionalizando si es preciso, aumentar los impuestos a los que mas tienen, y reducirlos a las clases mas pobres, garantizar los derechos de los trabajadores y los puestos de trabajo (que permita a los trabajadores pensar en un futuro estable y de progreso), mantener la edad de jubilación y solo alargarla voluntariamente. 

Los ciudadanos deben recuperar la confianza  en la política económica del gobierno, sin más demora, si el partido socialista quiere evitar que hasta sus afiliados le den la espalda y eso solo se consigue con una buena gestión, que independiente de la devoción, por la protección social, realice una política decisiva, acertada y determinante. Será la única forma de recuperar la confianza de mercados e inversores, con planes serios y coherentes.

La opción es  compleja: sin protección social no hay paz, ni apoyo de sindicatos y ciudadanos, pero si no se da confianza a los mercados, inversores y patronal, tampoco habrá recursos  para mantener la primera.  

Difícil solución, que no da tranquilidad a nadie, excepto si se convocan nuevas elecciones. Sr. Presidente, se lo digo con todo respeto,  es la mejor solución a no ser que quiera ser el agente causante del desastre, quiebra y ruina del país.

 

 

fenix

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