Hoy rindo un homenaje a aquellas bodegas que con gran esfuerzo y sacrificio construyeron nuestros abuelos y que fueron lugares de reunión, tertulia y disfrute durante tantos años.  Nada tienen que ver con las nuevas construcciones, casetos hechos encima o en la entrada de muchas de ellas y que las han desnaturalizado, perdiendo aquel encanto de otros tiempos.