DEL REINO DEL TUENTI..............


AL REINO DE LA LITRONA

Si, con  el calor primaveral, el botellón regresa con todo su esplendor, con las típicas toneladas de desperdicios, beodos, jóvenes a veces adolescentes con serias dificultades de locomoción, orinándose, nunca mejor dicho en las ordenanzas municipales y montañas de basura, y además con una facilidad pasmosa para pasar y circular con el costo,

Los fanáticos del bebercio causan verdaderos estragos. El ruido y la contaminación por los desperdicios (botellas, latas cartones, bolsas), causan un daño tremendo a las personas y al medio ambiente, pues la suciedad y el griterío, van asociados a estos  desagradables eventos, y no es que yo vea  o condene las reuniones entre los jóvenes, lo malo es cuando se descontrolan y las consecuencias son las que todos conocemos, pues adolecen de una falta  intrínseca ya, que es la conciencia cívica. 

Lo malo es que una vez cargaditos de alcohol, se desinhiben, pierden la timidez y entonces viene el peligro, al dar como aceptable otros tipos de consumo “las drogas”, y como no el "sexo facil" creyendo que por vivir la noche a tope, eres más hombre o mas mujer  o estas mas realizad@. Tremendo engaño, ya que lo único que consiguen es el resacón de la mañana y la sensación de sentirse como una mierda. Triste, muy triste que nuestra juventud  no tenga otra orientación, otra alternativa

¿Como es posible que la única alternativa de ocio  para los jóvenes sea el Tuenti o el botellón? ¿Como es posible que en los foros de discusión, no se planteen alternativas de cultura y tan solo se discuta de donde celebrar el próximo evento etílico?

 

Posiblemente la solución no sea la prohibición, sino proponer alternativas de ocio mas edificantes, mas constructivas. Cuando se van a dar cuenta los jóvenes que por ese camino solo consiguen alcoholizarse, y perder la autoestima que pueda quedarles

 Y el fenómeno se extiende cada día. ¿Que pasa con nuestra juventud, para los que beber en la calle ya es una practica habitual, aún a riesgo de ser multados con 300 euros?

Los botellódromos se extienden por todas las Comunidades Autónomas y la única excusa que ponen los jóvenes es que es que no pueden pagar los altos precios de bares y discotecas. Ahora para evitar las redadas se las han ingeniado y lo promueven en sitios de lo mas original; En Madrid como ejemplo utilizan el metro.

Pero esto les da derecho a ser protagonistas de la falta de civismo que les caracteriza?     

Ya no se trata de buscar botellódromos para estas aglomeraciones sociales donde celebrar al libre albedrío estos eventos, sino de conducir su comportamiento en pautas aceptables no solo subjetivamente sino pensando en ellos mismos

Este evento social debe reconducirse de tal forma que tomarse una copa con los amigos, se realice en un entorno social donde  surjan  las anécdotas, las risas y los buenos momentos, y que nunca degeneren en falta de respeto, falta de civismo, comas etílicos, consumo de drogas y vandalismo.

Porque Libertad y Revolución, no es igual a botellón, esto, casi siempre es, hundimiento  y  degradación.

LA LIBERTAD NO PODRÁ EXISTIR NUNCA SIN LA RESPONSABILIDAD Y LA LEY

El espectáculo ocasionado por la concentración de jóvenes consumiendo o alcohol, siempre es decadente y desolador, síntoma evidente de falta de valores, moral y disciplina, propio de una generación asentada sobre la comodidad y la falta de sacrificio.

En cuanto a las redes sociales, van degenerando en redes de comunicación para convocar botellones y se van decantando por el hastío y el aburrimiento.

Podíamos entender que el no estar escolarizado, influya tanto en la educación, como en las capacidades de expresión y comprensión para con los demás, pero es que, lo que mas sorprende, es que los “botelloneros” son jóvenes entre 16 y 24 años, buenos estudiantes, que tienen buena relación con sus padres y pertenecen a varias clases sociales, siendo  frecuente que estas reuniones terminen con gran basura acumulada, hedor...e incluso numerosos actos vandálicos que se producen cuando los jóvenes sobrepasan cierto  limite de alcoholemia.
En mi opinión el Estado debería poner freno a esta revolución sin precedentes y resolver cuanto antes esta creciente situación de desenfreno y degradación  para evitar  que siga, adoptando medidas drásticas contra esta triste y derrotista macro reunión: el incívico  botellón.

No ha sido menos llamativo el evento celebrado por los estudiantes en Zamora y Salamanca en el que miles de jóvenes llegados de toda España participaron un año más en la despedida anticipada del año en la Plaza Mayor de Salamanca, que con la excusa de celebrar la nochevieja, se convierte en otro macro botellón con tristes resultados, como siempre: intoxicaciones etílicas, ruido y suciedad, que al igual que el año anterior parecía mas bien el Chicago de los años veinte, hasta el punto de que Julián Lanzarote ( alcalde de la ciudad) ha descartado apoyar la organización de la fiesta, trasladándose a Zamora donde los verdaderos ganadores son los bares que habían vendido solo en esa noche 50.000 papeletas de consumiciones a precios populares, aspecto que no impidió que se recibieran mas de un centenar de llamadas al servicio de emergencia, por intoxicaciones alcohólicas, altercados e incidentes de carácter grave.

Lo dicho, una verdadera pena, sobre todo si pensamos que son la generación que se supone que un día deberán llevar las riendas del país. Así nos va.

La juventud debe concienciarse de que no puede haber derechos, sin normas, deberes y  ley

 

fenix

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