Navidad sin crisis

SU CONDUCTA INMORAL E INDECENTE CAUSA ASOMBRO, ASCO Y RECHAZO TOTAL AL MUNDO ENTERO

NO HAY DÍA QUE NO SURJA ALGUNA NOTICIA DE PEDERASTIA RELACIONADA CON LA IGLESIA, CATÓLICA APOSTÓLICA Y ROMANA.

Los recientes escándalos de pedofilia que afectan a la Iglesia Católica salpicaron ayer al mundo entero, luego de que el Vaticano reconociera que varios sacerdotes son sospechosos de abusar de niños y son investigados por las autoridades.

Hasta ahora la iglesia se había refugiado en el hecho de que las determinaciones de la justicia de un país como es el Vaticano deben ser respetados por el resto de los países. Lo que la iglesia ha querido ignorar es que la justicia nunca puede ser legal cuando lo que un gobierno legisla está por encima de los derechos de las personas, cuando se utiliza un poder para legitimar cualquier abuso, atropello e imposición, en este caso por encima de los derechos de los niños. Y se puede ir olvidando de la soberanía que le protege sobre cualquier juicio o condena de otro país, si perjudica y afecta a la Declaración de Derechos Humanos.

A finales de la década de 1990 comenzaron a salir a la luz denuncias contra sacerdotes y religiosos católicos, principalmente en Estados Unidos, Sudamérica y Australia, acusados de abusos sexuales a menores, cometidos durante la segunda mitad del siglo pasado. En los tiempos actuales se han multiplicado por 10 el numero de casos de pedofilia y pederastia, sobre todo en America y últimamente en numerosos colegios religiosos de Europa. Un informe de la BBC, de 2004, señalaba que el 4% del clero católico de Estados Unidos ha estado implicado en prácticas sexuales con menores (unos 4.000 sacerdotes en 50 años) y el 3% en el resto del mundo con mas de 17000 religiosos implicados, de los cuales solo 560 (miembros de la iglesia) han sido condenados por abusar sexualmente de 3000 víctimas, según la organización Broken Rites. Sin embargo parece que esto solo es la punta del iceberg, por eso diversas organizaciones no implicadas en intereses políticos están dispuestas a plantarle cara a una iglesia pecadora, lasciva, e hipócrita.

Los escándalos en la Iglesia se suceden sin parar. En los últimos tiempos empezaron por las Misiones en África, en los que algunos religiosos aparecieron acusados de abusar sexualmente de cientos de monjas. No era pederastia al fin y al cabo. No pasó nada más allá de un hipócrita rasgado de vestiduras. Pero los escándalos cogieron fuerza cuando se destapó en los países anglosajones los primeros casos de pederastia. Primero en el Reino Unido, en donde entre 1995 y 1999 hubo 31 sacerdotes convictos de abusos y violaciones de menores. Después fue Estados Unidos el siguiente país donde el escándalo tomó proporciones gigantescas muy superiores a las del Reino Unido. Hasta 450 denuncias se han hecho públicas sobre abusos y violaciones de sacerdotes a niños y niñas en USA de las que no escapan ni los mismos cardenales ni los obispos norteamericanos. Después en Sudamérica, Estados Unidos, Canadá y finalmente de forma totalmente escandalosa en Europa. Actualmente la Policía de todos los países investiga a todos los clérigos con el objetivo de desenmascarar a los pederastas. Más vale tarde que nunca, aunque por desgracia esos 31 sacerdotes condenados no son más que la punta del iceberg dada la actitud encubridora del delito que ha mantenido la jerarquía eclesiástica.

La mayoría de los casos se presentaron en seminarios sacerdotales, colegios religiosos, escuelas y orfanatos en donde niños y adolescentes estaban bajo el cuidado del clero. La publicación de numerosos escándalos creó una fuerte crítica hacia la jerarquía de la Iglesia, especialmente por la actitud que algunos obispos y superiores religiosos asumieron frente a las evidencias del hecho limitándose a llamados de atención privados y el traslado del infractor a otros sitios, mientras se guardó una indiferencia sistemática frente a las víctimas, lo que llevó a la conclusión de que los superiores de los infractores estaban encubriendo el crimen.

Lo terrible es que el Episcopado considera este tipo de conductas dentro de la iglesia entre los que incluyen la pederastia y pornografía infantil, como algo natural que los acercan mas a la feligresía. Nos ha jodido y tanto. El autor de estas declaraciones debiera estar ya encarcelado al igual que toda la jerarquía de la Iglesia que durante siglos y recientemente ha tratado de disculpar, minimizar y apoyar a todos aquellos clérigos que han cometido este repúgnate y abominable delito

Cada vez que se desarticula algún grupo ligado a la pederastia o pornografía infantil, el clero se apresura a desestimar las acusaciones y echar tierra encima, amenazando o pagando para ocultar sus vergüenzas, achancando las acusaciones a focos de tendencia izquierdistas o comunistas y hasta algún obispo se ha atrevido a decir que estas conductas demuestra que los curas también son humanos y se sienten mas apreciados. La connivencia de los jerarcas de la iglesia y del vaticano, con este tipo de delitos, dice muy poco bueno de ellos, al contrario demuestran que si son consentidores también son cómplices de dichas conductas, con lo cual los gobiernos deben tomar las medidas oportunas para que no se produzcan estos hechos y sean tapados y ocultados por el clero

Aquellos sacerdotes que utilizan la parroquia, no como lugar para encontrarse con aquellos fieles ignorantes que todavía creen en ellos, sino para ganarse adeptos a su causa particular que es la de satisfacer sus vicios y bajos instintos con los mas inocentes los niños, deben ser apartados de la iglesia y cumplir su condena por tales hechos en prisión y nunca ser sustituida esta por la que aplique la institución eclesiástica,(código de derecho canónico) porque todos sabemos en lo que queda: reclusión en un monasterio viviendo a cuerpo de rey o alejado en alguna parroquia del tercer mundo. Eso debe acabar. El delito se debe pagar. El derecho eclesiástico debe desaparecer para esta clase de delitos

En España un estudio publicado en 1995, por el investigador José Rodriguez en el trabajo sobre el comportamiento sexual del clero, trabajando con una base de datos amplia y las estadísticas, en la que constan pruebas del historial sexual de casi 1400 sacerdotes actualmente en activo, se documentó la siguiente estadística: Entre los sacerdotes en activo, un 7% comete abusos sexuales graves con menores. Esto es una indecencia y una vergüenza que los ciudadanos no deben consentir ni padecer.

Saben ustedes que en los dos últimos siglos se atribuye la paternidad de aldeas y pueblos de un porcentaje de un 2.1% del censo de dichas poblaciones a los curas de las parroquias?

Saben que hay catalogados en los dos últimos siglos 231211 casos de abusos sexuales y que se han contabilizado 1.132.826 personas las afectadas por conductas sexuales de individuos pertenecientes a la iglesia y que de esos afectados mas de 300.000 han sido niños?

Ahora dicen que no tienen conocimiento de cuantos sacerdotes pederastas habrá en la institución eclesiástica ya que cada diócesis atiende estos casos de manera independiente.

La moral y desprecio hacia los demás con que la iglesia mira todo lo que no le conviene, produce hoy tanto asco y rechazo, que no es consciente o no quiere serlo de que su hipocresía es totalmente evidente.

Desde aquí pido que a todos los encubridores dentro del clero se les apliquen las penas mas severas que permita la justicia a través del código penal y no el eclesiástico, refugio de tanto sinvergüenza.

Han transformado el mundo en una recreación falsa, fingida y manejada por sus báculos en beneficio de su estatus económico y social, desde el que injerían en las políticas de los gobiernos, considerando al pueblo solo como un rebaño al que debían manejar en absoluta sumisión, y del que se debían aprovechar sobre todo en el aspecto sexual, convirtiéndose en los enemigos de la humanidad, que siempre que adelantaba un paso, le hacían retroceder dos.

La aparición de una suerte de “manual del cura pedófilo” y nuevas denuncias por abusos sexuales por parte de sacerdotes en Brasil volvió a poner en escena uno de los secretos más guardados del. Vaticano. Las operaciones de Benedicto XVI para ocultar los abusos. Sólo en Brasil, en los últimos años han sido denunciados 1.700 sacerdotes por abusar de niños y adolescentes. La negativa del sacerdocio para los homosexuales, ¿una maniobra de distracción?

El número de denuncias revela una realidad más dura que la hallada por la Curia romana: la epidemia de lujuria está extendida en los países con mayor número de católicos en el mundo. El manual que circula entre los curas pedófilos recomienda iniciar a menores recogidos de la calle y de las comisarías, luego en los colegios y parroquias. Según una investigación el 10 por ciento de los que llevan sotana en el mundo—son sospechosos de pederastia y están siendo investigados por abusar de niños y adolescentes.

Los escándalos en los cuales se vieron implicados miembros de la Iglesia Católica, trajeron como consecuencia la acusación contra las estructuras jerárquicas de la misma, las cuales fueron vistas en la mayoría de las veces como protectoras del incriminado a través de un complejo y sistemático proceso. En consecuencia, muchos obispos y superiores religiosos fueron denunciados por las víctimas y presentados por los medios de comunicación social como encubridores del crimen. Los casos pusieron en evidencia una disparidad entre la justicia civil y la eclesiástica y el desconocimiento que la opinión pública en general tiene de la misma, Sienten rechazo total por esta institución, materialista, vanidosa, corrompida y fascista.

Lo que si está claro es que el escandalo y la alarma social es total. Los familiares y afectados directamente por los abusos sexuales de sacerdotes mantienen las espadas en alto.

La iglesia se resguarda en la opinión de que la pederastia está considerada como un trastorno psicosexual consistente en la atracción erótica que siente un adulto por los niños como compañeros sexuales y que le lleva a cometer abusos sexuales sobre los mismos. Pero está demostrado que la mayoría buscan víctimas cada vez más jóvenes, cometiendo estos delitos con mayor frecuencia, mientra que la mayoría aumenta su brutalidad de acto en acto, convirtiendo lo que se pretendía hacer pasar por trastorno por un delito consumado, propio de degenerados y delincuentes

¿Y en España, qué? Silencio. Se habla mucho de lo que sucede en los demás países pero un manto de silencio rodea el tema en cuestión en la católica España. Es un silencio que da miedo. Crea una tremenda desconfianza. Incluso da pánico pensar que nuestros hijos o hijas puedan estar siendo violados por un cura en cualquier colegio religioso. Las secuelas psicológicas para los niños son tremendas, incluso llegan al suicidio ¿Sucederá cómo con las meigas gallegas que haberlas ahílas pero nadie las ve? ¿Está protegiendo el gobierno los casos de pederastia en connivencia con la iglesia? ¿Existen presiones para que se de carpetazo silencioso al asunto? ¿Qué coño pasa aquí qué mientras que en todo el mundo hay casos aquí no sale ni uno? La Conferencia Episcopal guarda interesado silencio. Porque está claro que los obispos son reacios a informar sobre casos de pederastia en la Iglesia. De todos es sabido el lema de la Conferencia episcopal que llegó a decir que la ropa sucia se lava en casa. Por desgracia creemos que esa es la postura de la Conferencia Episcopal española. Para nuestra desgracia, una vez más, ese silencio seguirá amparando una conducta no solo abominable e inmoral, sino delictiva y como tal penada por la ley. Así que tengamos cuidado con nuestros niños, o niñas, si tienen relación con sacerdotes, la situación delictiva se podría encubrir si algo grave llegara a suceder. Porque puedo asegurarles que en España casos de pederastia los hay. Yo fui testigo de uno de ellos cuando estudiaba en un colegio religioso. El niño que lo sufrió debe tener la valentía de levantar la alfombra para que se airee tanta mierda como esconde el clero

Con estos datos nos podemos hacer una idea de lo que el Vaticano piensa de estos problemas y como los piensa abordar. Menos mal que en otras sociedades más libres la verdad está poniendo las cosas en su sitio y allí las pretensiones eclesiales de secretismo serán más difíciles. Afortunadamente en España se esta empezando a despertar y descubrir toda la verdad y el horror que ella conlleva

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