Este año se me ha ocurrido, en este puente del Pilar hacer una escapada al pueblo, ya que a "mi niña" le apetecía. Para llorar. Días lluviosos, tristones, apagados, donde el único ocio se limitó a visitar los bares, el bar de Jose, el bar de Lorenzo y por las tardes al Maral de Santa Maria, (por cambiar un poco de ambiente), y ver un maratón de películas encerraditos en casa. Solo un breve espacio de tiempo, en el que no llovía nos permitió dar un breve paseo, en el que aproveche para tirar unas fotos que aquí os muestro. Como dije otras veces, el pueblo es para el verano.