INCIERTO MUNDO  FUTURO

TREMENDISMO O POSIBILIDAD

 

Quien más, quien menos es consciente del incierto futuro que tiene nuestro mundo, sometido a las más tenebrosas y dantescas posibilidades.

La extinción de la humanidad ya no es una mera fantasía de fanáticos religiosos, sino una posibilidad real y esto desde Agosto de 1945.

Si se desencadenara una guerra mundial nuclear, al cabo de pocas  semanas  no quedarían organismos con vida en el planeta. Unos morirían inmediatamente  por efecto de las explosiones. Otros incinerados  por las tormentas ígneas en ciudades y bosques; otros por intoxicación radiactiva y los restantes a causa del invierno nuclear. La ceniza y el polvo tornarían a la atmósfera opaca a los rayos  solares lo que causaría una disminución  drástica de la temperatura y el cese de la fotosíntesis, eliminando la biosfera  y  matando al poco tiempo a todos los seres vivos.

La eclosión demográfica ha traído consigo la  explotación desaforada de los recursos naturales y energéticos y como consecuencia el deterioro del medio ambiente y el cambio climático. La industria moderna está en trance de quedar paralizada si no se encuentran alternativas  a los productos energéticos, lo que obligará a muchas naciones a desencadenar ataques a aquellas que posean dichos recursos con el fin de apoderarse de ellos, lo que provocará una tensión exponencial entre naciones con el peligro de una guerra nuclear a toda escala.

Como quiera que cada vez irán quedando mas industrias que basen su producción en el consumos de la madera, lo que supondrá una deforestación a nivel mundial. Entonces el mundo abocado al uso de la fuerza, para garantizar su supervivencia por necesidad vital, hará retroceder la civilización en caso de no ser destruido por la guerra nuclear, a la época medieval, donde millones de seres morirían por la hambruna, mientras los demás solo sobrevivirán, mediante el uso de la fuerza.

Solo lograremos sobrevivir con un gobierno mundial, solidario, equitativo y austero, que controle la explosión demográfica, asegure la paz y la explotación racional de los recursos, la preservación del medio ambiente y el control urgente de la natalidad.

Con una población mundial 10 veces menor, viviendo en paz, la humanidad podría sobrevivir, mejorando la calidad de vida si prescindiese de lo que hoy gasta en armarse.

La acumulación de chatarra nuclear es un peligro latente, que en manos de algún mandatario ambicioso, puede suponer el fin de la humanidad.

La población mundial sigue  creciendo a una velocidad aterradora y a medida que aumenta, los recursos naturales disminuyen en proporción geométrica. Si a esto añadimos que el área cultivable disminuye por la erosión, la deforestación y los biocombustibles, nos encontraremos, si no se toman medidas urgentes con un planeta empobrecido, e incapaz de garantizar la alimentación mundial. El panorama es desalentador, propio de un futuro dominado por los cuatro Jinetes del Apocalipsis: guerra, hambre, enfermedad y muerte.

No releeré lo que he escrito, para no perder la esperanza en un mundo mejor, pero sí alertar a todos aquellos que tienen poder para cambiar  el futuro del mundo y decirles que sería de una irresponsabilidad criminal, el no hacerlo. Que  Dios nos guíe y nos proteja