AUTORIDAD, NO IMPOSICIÓN


 

LA AUTORIDAD DE LOS PADRES Y MAESTROS

Autoridad, palabra denostada de nuestro tiempo. De una persona investida de "autoridad", no decimos que sea una persona "autorizada", sino "autoritaria", que es tanto como decir "impositiva, despótica y arbitraria, cuando no injusta" Y claro no trates de reivindicar hoy este concepto como un valor, porque enseguida te tratan como abusón y fascistoide.

Pero demos el verdadero significado a esta palabra. Una persona dotada de autoridad, es aquella que nos hace y ayuda a crecer. No existe educación posible sin el aditivo de autoridad. El estímulo para acrecentar los conocimientos en el alumno, el profesor, el maestro debe ser una persona que provoque en el discípulo admiración y respeto, una persona digna de emular.

Si al maestro se la despoja de su autoridad, su misión fracasará, porque la autoridad, basada en cierta disciplina, es la aportación propia del proceso de educación. Porque el que no se disciplina, y no se rige por normas, se abandona y se hunde. Para ser críticos, primero necesitamos un criterio y la autoridad nos proporciona ese criterio. Porque si falta la autoridad, la disciplina y el criterio, nos abandonamos a la pereza y no podremos afrontar la realidad de forma crítica y con madurez.

Sin embargo es a los padres a quienes corresponde la responsabilidad primordial de hacer crecer a sus hijos, dando ejemplo de buenas costumbres, de moral y sobre todo de cierto aspecto de autoridad, pues este proceder es la base que consolidará los cimientos de su educación.

Todo ser humano necesita de unas normas de comportamiento. Pero quedando claro que jamás debemos imponer a la familia un modelo autoritario, basado exclusivamente en normas y procedimientos, que impida a los demás tener su propio espacio y responsabilidad. es evidente que todos los miembros de la familia tienen derechos , pero eso implica tener deberes y responsabilidad. Sin embargo es, pues sin el deber no existe el derecho ni el respeto.

Pero la educación debe cumplir como objetivo primordial una función libertadora de la  persona en sí y no  un adoctrinamiento, como pasa con la religión, pues esta debe ser en libertad, y desde la libertad. La educación religiosa y moral, debe estar acorde con sus convicciones, nunca imponerse desde  cierta "autoridad" ,sino como prerrogativa para mejorar la integridad y formación del ser humano.

Cuando los padres son excesivamente protectores, se están implicando en un modelo de educación que no es bueno, ni para ellos ni para el niño, porque este modelo sobreprotector tiene efectos negativos en el ámbito de desarrollo personal y cognitivo del niño.

 Los niños sobreprotegidos, se vuelven tímidos, inseguros e impotentes ante cualquier adversidad y contratiempo; Es cierto que las necesidades básicas deben proporcinársele, pero nunca hacerle tan cómoda su vida y actividad, que cualquier esfuerzo suponga para el una tarea incómoda e imposible.

El niño al no tener espíritu de sacrificio, de esfuerzo y disciplina, no tiene espíritu combativo y cualquier tarea la aceptará como una imposición y un castigo, porque al estar acostumbrados a que todo se le de hecho, carecen de iniciativa y habilidades para resolver los problemas y, esto n significa que debamos ser autoritarios en exceso, sino orientarles para que su conducta este adecuada a un comportamiento responsable, que le oriente para encauzar su propia vida

 

 

 

fenix

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